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Primer equipo

El Alba nos dio la noche

El equipo de Rubén Albés consigue tres puntos de oro ante el Oviedo gracias a un solitario gol del delantero belga y encadena la quinta jornada sumando

Victoria importante para el Alba en una noche en la que Andy Kawaya fue el jugador del partido. El delantero belga, que debutaba esta temporada en competición oficial tras superar una larga lesión, salió en la segunda parte y anotó el tanto que dio el triunfo a su equipo.

El choque arrancó con un Albacete muy serio y atrevido sobre el césped, aunque la primera ocasión llegó para el Oviedo por medio de su capitán, que aprovechó un fallo de Boyomo, para encarar a Bernabé. Su disparo, finalmente, se marchó fuera. Pero el Alba era el equipo que generaba más juego y peligro.

En el 21’ tuvo la oportunidad de adelantarse en el marcador con una jugada desde la izquierda, gracias a un centro de Juan María, al que no llegó a contactar Higinio en el segundo palo.

Precisamente el murciano fue el protagonista 6 minutos después, cuando un pase picado de Riki, por encima de la defensa carbayona, lo remataba sin suerte.

En el 38’ hubo otra más. Contra rápida del Alba que, al primer toque, se plantó en la frontal de los asturianos, donde Manu Fuster metió el pase interior a Riki, cuyo disparo se marchó por encima de la portería defendida por Tomeu. Con el cero a cero inicial ambos conjuntos tomaban el camino a vestuarios.

La segunda parte fue un calco de la primera con el conjunto de Rubén Albés llevando la iniciativa y controlando el encuentro a su antojo. Solo le faltaba el gol. Y cerca estuvo de llegar en el 51’. Juan María apuró hasta la línea de fondo para poner un pase de la muerte que despejó a córner Rodri Tarín, evitando el posible remate de Higinio.

Ambos entrenadores, viendo que el marcador no se movía, optaron por refrescar sus equipos desde el banquillo. Así, en el Alba salieron Dubasin, Sergi Maestre, Fran Álvarez y Kawaya, tras un tiempo fuera de los terrenos de juego. Y dio resultado.

El equipo metió una marcha más, y por fin, fue capaz de romper el marcador en el 84’ gracias al que, tal vez, merecía el gol más que nadie: Andy Kawaya. Control de Higinio, que tras un par de recortes se la dejó a Dubasin en la izquierda, para que éste metiera el pase de la muerte empujándola Kawaya al fondo de la red. Todo el equipo corrió tras el delantero para celebrar un gol, que para él, puede marcar un antes y un después tras una larga recuperación.

Con el 1-0 el Oviedo intentó buscar el empate a la desesperada y con pocas ideas, mientras el Alba defendió su mínima ventaja con uñas y dientes hasta el final para continuar en los puestos de privilegio de la tabla.