El Alba se volvió a topar con la mala suerte y la falta de acierto en un choque en el que fue netamente superior pero unas veces las imprecisiones y otras un colosal Dani Giménez, que hizo muchas intervenciones de mérito, frustraron a un equipo que acabó perdiendo.
El encuentro empezó intenso, con un Albacete hambriento que presionó la salida de balón gallega y busco trenzar jugadas de ataque. Zozulia, Mesa o Dani Ojeda gozaron de ocasiones pero sin suerte. El Alba no solo iba a sufrir el infortunio del fútbol en el área rival, sino también en la propia. Pocos minutos de ver a Tomeu lucirse con una triple intervención en una misma jugada, en el minuto 34, el balón entró en la meta tras varios rebotes y golpear en el larguero.
El Alba no se cayó y empujó con fuerza, avasallando por momentos. Eddy, al final de la primera parte, adelantó con una gran ocasión lo que iba a ser una segunda mitad de puro acoso y derribo sobre el área visitante.
Y no tardó en llegar la primera gran ocasión del segundo acto. En el minuto 49 Dani Ojeda remató en área pequeña, aunque el balón se fue desviado. Poco después, y fruto de esa insistencia, el Albacete se granjeó un penalti a favor por mano de Gaku. La pena máxima fue detenida por Giménez. Los manchegos seguían intentando tirar el muro gallego, volcando la acción del juego sobre su área, pero no llegó. Derrota tan dolorosa como injusta de un Albacete que seguirá peleando por cambiar la dinámica.
