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Enrique Martín: "Debemos jugar con desparpajo e ilusión"

El Albacete Balompié se concentrará mañana a las 11 de la mañana en el estadio Carlos Belmonte para desplazarse a una breve concentración al Hotel Beatriz antes de afrontar a las 16 horas el partido ante la UD Almería. Serán 22 jugadores los que se suban a ese autocar. “Sólo faltarán Pelayo, Espíndola y Bíttolo. El resto vamos a comer juntos y veremos cómo sale la bolita”, bromeó el míster antes de profundizar en una de las ausencias, el lateral izquierdo. “Pensé que Bíttolo esta semana iba a estar. Confío que la semana que viene esté. Se le cure todo bien”.

 

El Albacete se encontrará con un Almería que está atravesando un bache deportivo importante. Una situación en la que Enrique Martín no quiso profundizar. “Cada fin de semana nos vamos a encontrar con diferentes circunstancias de los equipos que nos toquen. Las circunstancias no deben despistarnos de nuestra línea. Debemos respetar, pero jugar con desparpajo e ilusión”, aclaró. “Todos los partidos son importantes. Es la misma retórica. Cualquier equipo puede ganar a cualquier equipo en cualquier campo. Tenemos que conseguir tres puntos, competir bien y sacarlo adelante. Con esa ilusión vamos. Jugamos contra un equipo con grandes futbolistas pero que ahora está pasando una racha complicada. Si te descuidas te vas para abajo y si te descuidas un poco vas para arriba”, agregó.

 

Fiel a su discurso, Enrique Martín rebajó importancia a los tres puntos de mañana. “Este es un camino largo. Cuantos más puntos vayamos metiendo en el casillero es mejor. Pero lo más importante es que sigamos creciendo. Si ganamos, fenomenal. Lo que me da confianza es el trayecto del equipo. Podemos ganar, perder o empatar pero siempre siendo competitivos”, indicó. “Estamos creciendo y espero seguir creciendo a lo largo de la temporada. Veremos al final si somos capaces de colarnos arriba. En esta vida hay que ser realista teniendo ilusión”.

 

Por último, bromeó sobre la gasolina del equipo. Y es que precisamente esa intensidad que demanda el entrenador en cada partido puede tener su factura a la hora de aguantar los 90 minutos. “Con el frío que hace, no hay más narices que correr porque si no te quedas helado. Tenemos gasolina para tiempo. Vamos a ir creciendo con balón. La intensidad no es negociable”.