Como si hubiese sido ayer y como si no hubiese un mañana. El Albacete vuelve a casa solo 6 días después de jugar ahí y entre medias de un largo, pero fructífero, viaje al País Vasco para cerrar su carrusel de grandes partidos. Y lo hará con la ambición propia de una plantilla con un objetivo claro y un momento dulce.
Desde las 21h, en último turno, el Belmonte dará la bienvenida al Real Oviedo en uno de los encuentros con más ingredientes de la 11º jornada de Liga SmartBank.
El cuadro asturiano llega en dinámica negativa, con siete partidos seguidos sin ganar, 10 puntos y una dolorosa derrota en casa en la jornada intersemanal (0-1 ante la SD Huesca) que provoca que sean más peligrosos si cabe y vengan a tierras manchegas cargados de motivos para sumar los tres puntos en liza.
El Alba, con cuatro partidos sin perder y tras sumar en el feudo del Deportivo Alavés, tiene ante sí la posibilidad de refrendar en casa lo mostrado estas semanas y, sobre todo, de brindar un triunfo a una afición que se está acostumbrando a despedir a los suyos entre vítores y aplausos, sea cual sea el resultado final. Una afición que hoy debe ser, si cabe, más protagonista aún, dotando al equipo de ese aliento que el calendario liguero empieza a desgastar. "Es el día en el que más vamos a necesitar a nuestra gente en la grada", vino a decir Rubén Albés.
Además, se da la circunstancia, por diversas razones, de que el cuadro blanco ha sumado hasta la fecha más puntos a domicilio que como local, por lo que recolectar alegrías en casa es buen objetivo para un plantel que está demostrando que va a por todo aquello que se propone.
Choque, por tanto, entre dos equipos con distintas dinámicas pero mismos objetivos, que son perfectamente conscientes de que una victoria hoy puede lanzarlos en la tabla.
