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Primer equipo

Octavo partido seguido sin perder de un Alba inquebrantable

La afición estuvo impecable una vez más y guió a un equipo formidable

Muestra de arrojo y lucha de un Alba cuyo punto puede saber a poco por lo hecho en el campo, pero que moralmente refuerza a un bloque inquebrantable y a una afición extraordinaria. 

La primera parte fue trepidante. Ambos equipos imprimieron al encuentro un nivel de velocidad y juego altísimo, buscando en los primeros momentos hacerse con el dominio de la situación.

En el minuto 16 tenía lugar la acción del primer gol del partido. El osasunista Brandon se internó en el área albacetista, encaró a Gentiletti y cayó al suelo. El colegiado decretó penalti y Roberto Torres lo convirtió en el 0-1. La respuesta de la grada fue inmediata: empezó a aplaudir al unísono para dar una bocanada de aliento a su equipo. Gracias ello la capacidad de reacción se hizo notar y solo estuvo 240 segundos por debajo en el marcador. En el minuto 21 Bela puso un centro milimétrico para que Zozulia, con un cabezazo tan complicado como espectacular, devolviese las tablas al electrónico. La grada rugió de alegría y llevó en volandas a los suyos a por el segundo. Y a punto estuvo de llegar en el minuto 28 tras un chut magnifico de Eugeni que repelió el larguero.

Pero el enorme empuje del Alba y la grada tuvo su premio en el minuto 41. Susaeta sacó su guante a relucir, botó una falta lateral al corazón del área navarra y Mathías entró con todo para rematar y poner el 2-1. Con este resultado se iba el Alba a vestuarios, entre una sonora ovación de las casi 10.000 personas que poblaban el  Carlos Belmonte.

La segunda parte fue una montaña rusa de emociones. Los nuestros gozaron de ocasiones para aumentar la ventaja. Un tiro al palo de Zozulia, un gran disparo de Eugeni o de Bela eran alguna de las aproximaciones de los albacetistas.Los minutos pasaban hasta que en el 83 empató Osasuna con un gol de Villar. Tras ello, el partido sufrió una catarsis, en la que el Alba sufrió dos expulsiones, de Zozulia y Arroyo, que dejó al equipo local con nueve hombres sobre el verde. Pese a ello, la última gran ocasión de peligro la tuvo Manaj.