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Sufrir también es parte del fútbol de mayores

Triunfo trabajado en casa

El Alba tenía una cosa clara antes de empezar el choque. En mitad de la vorágine, tensión e incertidumbre propios de la competida Liga SmartBank, una premisa era clara: tenía que ser 'canalleta'. 

Y lo fue, con la complejidad que siempre acompaña en un partido de la categoría de plata y pese a momentos incómodos que complicaron el triunfo.

La primera intervención la hizo la novedad en el once. Diego Altube, en su estreno ante la parroquia albacetista, detuvo al conjunto cántabro con una parada que ya se había visto a domicilio. El Alba, ante el frío de noviembre y el calor de los más de 8000 albacetistas en la grada, tuvo que regular la temperatura para encontrar su punto óptimo. Pasada la media hora, Maikel Mesa cazó la bola en la frontal del área y soltó un zambobazo. Gol que sirvió para irse en ventaja al descanso tras una áspera primera parte.

La segunda mitad fue accidentada y de contrastes. Antes de la hora de partido, Vicente empató para los visitantes. El ’10’ anotó dentro del área y obligó a los nuestros a volver a buscar la victoria. Poco después de ese gol, el Real Racing Club se vio con uno menos por expulsión. El tiempo pasaba y el partido no se destensaba, con aparición del VAR. Pese a estar con uno menos, el conjunto santanderino no bajó la intensidad y el Albacete tuvo que hilar para brillar. Y vaya si lo hizo. 

En el minuto 76, los bandas del Alba tocaron una sinfonía perfecta y muy suave al oido, aunque causó estruendo. Julio Alonso la puso desde la derecha y en la izquierda apareció, como un ciclón, Juan María para enganchar según vino la bola un gol memorable. Su primero en Liga SmartBank. Su primero con el Alba. Su primero en el Carlos Belmonte. Y de una factura bellísima.

De ahí al final el equipo local sufrió por aguantar la ventaja y peleó por ampliarla. No sin tensión, y con otra expulsión en la escuadra racinguista más diez minutos de prolongación, el partido se resolvió con una victoria con un cien por cien alegría y un cincuenta por ciento de objetivo.