Cuesta decirlo tras una derrota, duelo relatarlo tras caer, pero hay que destacar antes de contar el partido que el Alba estuvo muy bien plantado, mereció el gol en varias acciones con mordiente pero sin tino y estuvo cerca de sumar aunque pese a todo que acabó en nada.
Porque la primera parte fue albacetista. El cuadro de Alberto González salió con brío, fuerza y concentración. Agus rozó el tanto en el minuto 4 con un buen disparo que despejó el meta local. Poco después, Kofane volvió a alejar en las redes rivales, un hecho ya rutinario para él, pero esta vez fue anulado.
Según transcurría el duelo, el cuadro blanco se notaba más asentado y mejor colocado. Las llegadas caían pero no se convertían. Todo apuntaba al empate en el entretiempo, pero justo en el minuto 45, mazazo. Brugué adelantó al equipo granota con un gol que a la postre sería definitorio y definitivo.
Porque la segunda parte fue más densa, menos ágil con balón y ocasiones más emborronadas. Además la balanza se desequilibró aún más en el minuto 65, cuando Jaume Costa fue expulsado. De ahí al final, el Levante llegó con colmillo, pero fue frenado por la zaga y Rivero.
Así, por tanto, acabó un partido en el que dimos la cara pese a caer.













































