58 puntos. Décimos. Unos guarismos que suenan bien pero que para llegar a ellos se ha debido pasar por una ruidosa temporada en la que, en silencio, el Alba ha ido dando pasos hasta la meta final, situada este año en Córdoba, que ha traspasado con los deberes hechos.
Y la ha finalizado empezando muy fuerte. Ni un minuto completo de partido y nuestro equipo ya sintió el sabor del gol. Kofane y Martón apretaron con ambición la salida de balón cordobesista para, mediante el ’19’, robar el cuero e introducirlo en la meta local con elegancia. Un gol especial no solo porque a la postre sería el último del curso, sino porque el plantel al completo se lo dedicó a su compañero Higinio Marín, que tristemente se ha tenido que ausentar por el fallecimiento de su padre.
Con ventaja en el marcador, el Alba se estiró con seguridad en busca de doblar su ventaja. Lo tuvo muy cerca con un buen tanto de Kofane que fue anulado por un ajustado fuera de juego. Juanma, Martón o el propio ’35’ probaron suerte. Entre tanto, en la otra área también había acción y siempre se respondía de la misma manera: con una gran intervención de Cristian Rivero. El guardameta del Alba cuajó una gran noche y evitó las acometidas locales.
El segundo acto fue más espeso, sin tantas llegadas y con menos fluidez en las circulaciones. Los cambios se producían en ambas escuadras, lo que sirvió a su vez para ver un nuevo debutante con el Alba: Jota, canterano albacetista, sumó sus primeros minutos en fútbol profesional.
El duelo transcurría sin mucho sobresaltado, y con más paradas de Rivero, hasta que en el minuto 80 el Córdoba empató desde el punto de penalti y dejó la noche en tablas para que los dos equipos cerrasen la temporada sumando.









































