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Primer equipo

Este Alba está muy vivo

Póker de alegrías de un equipo que encarará la última jornada dependiendo de sí mismo para lograr el objetivo

El mejor Albacete de la temporada apareció en el momento que más falta hacía. El cuadro de Lucas Alcaraz ganó haciendo un partido fantástico marcado por su intensidad, regularidad y acierto de gol.

De principio a fin, de cabo a rabo, desde el pitido inicial hasta la última vez que el árbitro se llevó el silbato a la boca. El Alba fue un equipo compactado, unido y que en ningún momento negoció un descanso. Se vio desde la primera jugada, en la que mediante un juego directo y un Zozulia que templó todos los balones que le sobrevaloraron, merodearon el área maña. Ojeda y Jiménez picaban por banda y ajetreaban el partido. Tanto fue así que en el minuto 12, el atacante cordobés controló la bola, se fue de su marca con un elegante movimiento y acto seguido fue derribado en el área. Penalti a favor del Alba que, puestos a alejar fantasmas, también se desquitó desde los once metros.

Con elegancia y nervios de acero, Maikel Mesa transformó el penalti con un fino toque que entró tan suave como letal. Ese gol no frenó a los nuestros, sino que los animó más aún. Diez minutos después, Gorosito fue el más hábil en el área y dobló la ventaja rival.

Pero el fútbol va de remar y sufrir y eso bien lo sabe el Alba. En el minuto 28, los zaragozanos redujeron distancias desde el punto de penalti. Pero este Albacete ya ha creado anticuerpos y nada le daña la moral. En el minuto 33 Chema Nuñez, que dio un recital de fútbol, asistió de forma fantástica al hueco para Dani Ojeda, que con un gran toque salvó la salida del portero y devolvió la ventaja de dos goles.

La segunda mitad no pudo empezar mejor. Un inspirado Dani Ojeda, en el minuto 47, cazó el balón en el área y se sacó un disparo descomunal que entró como un obus en la meta aragonesa.

El partido transitó con calma chicha. Los locales querían guardar su ventaja y los visitantes intentaban sin éxito reducir diferencias. Los nuestros se mostraban como un bloque compacto y anulaban las internadas rivales, hasta que en el minuto 68 el Zaragoza gozó de nuevo de un penalti a favor. Pero el eterno Tomeu también quería dejar su impronta hoy y con la enésima intervención de mérito alejó la bola de su meta.

Día de emociones, póker de alegrías y motivos para creer que el lunes, día definitivo, este grupo completará su misión.