Esta semana arrancó informativamente por todo lo alto en nuestra provincia
Un grupo de asistentes al mítico festival de ViñaRock, celebrado en la localidad de Villarrobledo, habían organizado una macro orgía durante el evento para la que se calculaban unos 40,000 participantes.
Visto el tema, el Albacete Balompié lo tenía harto complicado para llamar la atención pero, como en el poker, dobló la apuesta. Y como en el poker, se sacó cuatro cartas del mismo color. El verde, el del triunfo, el de la esperanza. Y encontró de paso una de las pocas formas para destacar ante una noticia tan llamativa: en una temporada en la que ha pasado de todo, el Albacete hizo algo que llevaba más de 18 años sin hacer. Desde las 2005/06, no encadenaba cuatro triunfos en fútbol profesional. Cuando menos se esperaba, cuando más se necesitaba.
Y no fue fácil
El partido se presentaba denso por las necesidades de ambos equipos y denso fue, especialmente en la primera parte. Pocas llegadas, muchas imprecisiones y un Albacete algo desbocado ante el dominio de posesión local. Pasó poco, más allá de estériles acercamientos y el encuentro se fue al ecuador sin variación alguna.
El segundo acto
Arrancó con más ritmo pero misma finalización: ninguna. Al Albacete le duraba poco el balón en los pies pero a cambio lograba mantener a raya al cuadro local, con serenidad en defensa y perfectamente consciente de que su oportunidad llegaría.
Avisó el equipo blanco
En las botas de Manu Fuster, que se adentró con tino en el área para mirar a puerta y obligar al meta local a lucirse. También con un contragolpe que por un suspiro no acabó en más peligro. Pero el momento se hizo esperar para así saber mejor.
Juanma, que llevaba cinco minutos en el campo, cabeceó en el 84 como si fuese un misil teledirigido un gran centro de Manu Fuster para marcar el tanto decisivo. En la portería en la que estaba la afición desplazada. Orgia futbolística protagonizada por nuestro ‘7’. El día de antes, Haaland anotó cuatro goles con el Manchester City. Uno por cada triunfo del Alba, por algo le llaman al noruego el mini - Juanma.
Así acabó un partido en el que sin tener mucho sabor, el Alba le sacó todo el jugo.