Tenía que ser el día. Era el día y acabó siendo el día. Porque vaya tarde en el Belmonte. Típico domingo en Albacete. Partidazo, tensión, pasión y triunfo. Merecido, buscado, sufrido, luchado y montones del verbos en tantos montones de formas. El Alba llevaba semanas detrás de un día así. Estuvo cerca, muy, muy cerca, pero esa desazón que deja la miel en los labios solo aumento el apetito de un cuadro que ya conoce el sabor de la victoria.
Todo ocurrió en la segunda parte pero se anunció en el primer acto. El cuadro local, con novedades en el once, salió al ataque. Las mejores oportunidades de dicha parte fueron sobre el arco vallisoletano. Jefté, Agus Medina, Riki, o Puertas probaron al meta visitante y cargaron de razones a los más de once mil albacetistas que creían en las gradas.
El gol se rozó pero las redes rivales no se tocaron antes de un descanso que sirvió para reiniciar un partido al que el Alba le estaba poniendo el ritmo.
Aunque casi cambia la música al mismo comenzar el segundo tiempo. El cuadro vallisoletano se plantó de forma vertiginosa en los dominios de Lizoain y estuvo cerca de adelantarse. Pasado el susto, y varias paradas del meta canario mediante, el Albacete recuperó el tono y justo cuando se cumplió la hora de partido, apareció el máximo goleador. Agus killer Medina estaba cuando Riki, tras un eslalon de notable calidad, le asistió con calidad. El ‘4’ recibió, miró puerta y cruzó un gran disparo. El cuarto del 4, como un coche grande, tan grande como él.
A partir de ahí, el Real Valladolid dobló la intensidad para tratar de no irse de vacío, pero se encontró con un muro de miles de gargantas. El Albacete aguantó y aguantó las acometidas de un equipo que, hasta hoy, no conocía la derrota. Los minutos pasaban, la presión aumentaba pero, a su vez, el Alba se mostraba más entero.
Ese saber estar ató un triunfo al que José Carlos le puso el lazo. En el minuto 90, culminó una gran acción personal en el área para, ya sí, sellar lo que veníamos tiempo mereciendo: la alegría completa. Triunfo, buena imagen y puerta a cero.









































