El finde pasado el Alba mojó y este viernes al Alba le llovió. En Gran Canaria, el equipo manchego cayó derrotado en un partido que, si se analiza gota a gota, el Albacete mereció sumar.
Y en el que el primer jarro de agua fría vino en un recipiente conocido. El Belmonte disfrutó mucho de Manu Fuster, pero poco de sus remates de cabeza, que hoy sufrió el Alba a domicilio.
En el minuto 18, el atacante amarillo aprovechó un centro medido al segundo palo de Iván Gil para abrir el marcador desatando la alegría en el Estadio de Gran Canaria y con el propio Fuster guardando respeto no celebrando el tanto ante el equipo que le hizo debutar en el fútbol profesional.
Tras el gol, Las Palmas se adueñó por completo del partido y llegaría el segundo tanto en un balón a la espalda de la defensa manchega para Manu Fuster. Este le cedió el cuero a Lukovic que se internó en el área y batió a Raúl Lizoain en el mano a mano.
El choque parecía sentenciado, pero el cuadro manchego salió mejor al césped tras el paso por vestuarios. Dani Escriche pudo recortar distancias, pero su remate desde la frontal del área se estrelló en la madera.
Y para acercar distancia, nada mejor que un gol de larga ídem para dejar ojipláticos a propios y extraños y con esperanza a los casi cien albacetistas en grada.
El Alba quiso aprovechar la ola y el empate parecía estar cada vez más cerca. Alberto dio entrada a Morientes, que hacía su debut oficial con el Alba y a punto estuvo de estrenarse en un centro del Morci que Horkas no logró blocar y el ’35’ no logró conectar el remate.
El conjunto manchego no dobló rodilla y lo intentó de todas las maneras, pero no hubo forma.

