Cantaban los Creedence Clearwater Revival aquello de “Have you ever seen the rain?” para referirse a cómo aportan los malos momentos. Y el Alba soporta todo y lo celebra con todo. Victoria de personalidad, arrojo y esfuerzo bajo el manto de lluvia del Carlos Belmonte en una tarde trabajada.
Y entre tormenta, la calma inicial. El partido se movía con paso firme con dos escuadras buscando hacer valer su idea, bien distinta. El cuadro andorrano quería atar el balón a su bota, siempre luchando por la posesión y el control mediante la redonda. El Albacete, que no le hacía ascos al balón, se preparó para un rival peculiar que le iba a obligar a hacer cosas distintas.
Las hizo y se rehizo cuando el Andorra le buscó la cosquillas. El Alba no se removió y siguió con firmeza, la misma con la que miró la meta rival. Con el paso del tiempo, el Alba iba llegando con más asiduidad. Riki, Jefté, Agus o Morci cataron meta visitante sin acabar de hincar el diente al gol. El equipo de Ibai Gómez también probó fortuna, pero la zaga y Mariño estuvieron excelsos.
Secos en el marcador y mojados en el ambiente, así llegamos al intermedio. Y el reinicio fue tan intenso como la lluvia que caía.
En el minuto 49, Lazo estrello un zambobazo en el larguero al lanzar una falta frontal. Porque antes de llover chispea, y el que avisa es goleador. Y el goleador apareció en el minuto 54. Lazo controló la bola en el área, se hizo espacio y se sacó un zurdazo preciso y precioso que se alojó en la esquina de la meta andorrana. 1-0 y a seguir.
Remando, navegando y bregando entre el agua. El Albacete no solo aguantó el resultado sino que casi lo amplia. El FC Andorra también tuvo la suyas, obligando al Alba a llevar a cabo un ejercicio de resiliencia del que salió victorioso.
19 puntos y el equipo sigue impertérrito su camino.

