Entre rachas, baches, badenes y estaciones en curva o picos, el Albacete Balompié vuelve a casa con un partido de armas tomar ante el equipo que está en la cumbre. Y con la ausencia de lluvias en la península y la buena racha del equipo vasco, no es precisamente una cumbre borrascosa.
Desde las 21h, el Alba y la SD Eibar inauguran la 36º jornada de LaLiga SmartBank en el estadio Carlos Belmonte, reencontrándose así en el recinto albaceteño 14 años después de su último choque, el 7 de marzo de 2009.
Mucho han cambiado ambos equipos desde aquella fecha. El cuadro eibarrés, que en ese lapso se ha estrenado como equipo de LaLiga Santander, llega ahora a nuestra tierra como líder de la categoría y tras empatar sus tres últimos partidos, pero con una racha de ocho jornadas sin encontrarse con la derrota. Datos de líder a los que el Alba tiene que hacer frente y a los que ya hizo en el partido de la primera vuelta, cuando cosechó un valioso empate en territorio armero.
Porque el Alba es un equipo de armas tomar, que compite con el cuchillo entre los dientes y que ahora, después del mal trago de la pasada jornada, tiene la mecha prendida para volver a mostrar la imagen que provoca vítores y aplausos entre los suyos sea cual sea el resultado. Y lo quiere volver a hacer en su vuelta a casa, por lo que quiere revolver y disparar con bala sobre el arco rival. Y para ello, cuenta con un arma potentísima: su afición y el Belmonte.
El equipo blanco, dolido pero con la herida suturada, busca retomar el camino tantas veces andado, con baches y tropezones mediante, durante la temporada. Una travesía que conoce y por la que sabe andar con paso firme o deambular cuando la situación así lo requiere.
Con la ilusión de un niño, el día antes de la celebración de su día mundial, y con ganas de acabar con su sequía particular de triunfos en el último mes, el Albacete quiere pasárselo bomba.
