El fútbol es un lenguaje universal y el Alba tiene una nueva oportunidad de expresarse ante su parlamento preferido, el Carlos Belmonte. Desde las 21h, el Albacete toma la palabra para verbalizar que sigue siendo el grupo con ADN propio que tanto da que hablar. Y lo hará ante un equipo que también tiene sus propios códigos bien definidos: el FC Andorra.
El cuadro manchego, con el significante bien marcado, busca resignificar su juego para seguir siendo reconocible. “Trataremos de hacer un gran partido y ojalá conseguir los tres puntos. A mí me gusta que nosotros seamos algo y si es así, vamos a serlo y que nos reconozcan por ello”, dijo Rubén Albés en la previa.
Y es que el Albacete, con un lenguaje fluido y que engancha, tratará de enfatizar en las áreas, argumentando en la propia y tratando de poner el dardo, no en la palabra como Lázaro Carreter, sino en la portería rival.
Pero la meta contraria lleva dos partidos sin ser penetrada. El conjunto andorrano llega a Albacete tras empatar (0-0) la pasada semana ante el Real Sporting y ganar la anterior (1-0) ante el Real Oviedo. Cuatro puntos en las últimas dos jornadas para un total de 10.
Con un juego identificable, basado en la posesión y la búsqueda constante del control y el dominio, uno de los alicientes de esta noche será ver a dos equipos tratar de imponerse y decir siempre la última palabra. Porque además son dos equipos que hablan en plata y que siempre estarán unidos por lograr el ascenso a esta categoría en el mismo año estando en el mismo grupo de Primera RFEF.
Una corta historia, de hecho el de hoy es el quinto enfrentamiento entre ambos, pero intensa entre manchegos y andorranos.
El Albacete, con ocho puntos y el debe de los partidos a domicilio, debe hacerse grande en casa para seguir sumando y vinculándose con una afición que en la victoria y en la derrota da su palabra de estar con el equipo a muerte.
