
Una cosa es beber agua cuando tienes sed...
Y otra muy distinta es beber cuando tienes sed tras un enorme esfuerzo físico. Una cosa es comer cuando tienes hambre y otra muy distinta es comer cuando tienes hambre tras una proceso febril. Una cosa es dormir cuando tienes sueño y otra muy distinta es dormir tras un proceso de somnolencia.
El Alba, acostumbrado a sufrir sin premio
Durante toda la temporada, encontró esta tarde en Elda una satisfacción que no se puede comparar a ningún triunfo, ni al anterior a domicilio, porque tres puntos no explican la alegría que inunda al albacetismo. Porque una cosa es ganar fuera de casa y otra muy distinta hacerlo ante un millar de locos que en todo momento han hecho parecer que el partido se jugaba en Albacete.
Desde antes, engalanando de blanco la ciudad eldense y teniendo un comportamiento ejemplar, dejándose la voz y después, demostrando una unión inquebrantable con sus jugadores en el momento más difícil y a la vez más necesario: en una mala racha.
Y a lo grande, sin recibir gol, sabiendo aguantar en los momentos duros y dando un golpe en la mesa y en la clasificación. Porque suma tres puntos, sale momentáneamente del descenso y se impone en el goal average con un rival directo. Un buen día.
Que empezó de manera plana
En los primeros minutos no hubo un claro dominador y las ocasiones llegaban con cuentagotas en las pocas veces que los ataques superaban ligeramente a las defensas. Agus tuvo el mejor disparo del primer acto para los blancos, que fue repelido por la zaga local. En el otro arco Vaclík solventaba con seguridad las pocas llegadas que la zaga, sobria y firme, no pudo bloquear.
Fue en la segunda mitad cuando se vieron las ocasiones más prometedoras. El Eldense estuvo muy cerca de marcar, pero el engranaje defensivo manchego, y en última instancia un rocoso Agus que se tiró sin pestañear a impedir el tanto local.
Y es que la zaga albacetista estaba llamada a ser protagonista
Con el buen hacer en la portería propia, apareció también en la ajena. En el minuto 65, Glauder cruzó en el primer palo la bola tras una falta lateral que fue peinada en el segundo palo para que el ’24’ lo finiquitara a lo grande. Pero como no es lo mismo celebrar un gol vital que hacerlo tras creer que sería anulado, apareció el VAR para la exaltación de los hoy visitantes.
Media hora por delante y toda una vida entre medias. Porque el Alba volvió a huir del sus fantasmas a base de esfuerzo y tesón. No solo no recibió gol, sino que estuvo muy cerca de marcar el segundo. Los últimos minutos, de más de sesenta segundos de duración, fueron un alegre sufrimiento, con Vaclík dando seguridad en la grada más cercana a la afición del Alba, que empujó para alzar a su equipo hasta los puestos de permanencia.
El triunfo en Elda, en imágenes





































