La semana fue emocionante y tranquila
Gracias a que fue tranquila pudo ser emocionante. Con el objetivo conseguido, el albacetismo se pudo centrar en un jugador que le hizo volar. Muestras de cariño, afecto y agradecimiento. A través de las redes y en persona. Colas de cariño y una ola de albacetismo regenerada a partir de los trucos del 10.
Entre la pasión, un partido que a la vez valía para cerrar el Belmonte hasta agosto. Un lugar que volvió a ver sufrimiento, pasión y alegría. Todo en un mismo sitio. Un sitio increíble.
Y para despedirse a lo grande, salió a ganar
Ante un rival que se lo jugaba todo, el Albacete aguantó la furia rojilla inicial, con acción bajo palos en portería propia de Higinio incluida, para rehacerse y mirar puerta contraria. La primera oportunidad franca fue de Juan Antonio Ros, que con un remate acrobático obligó al meta visitante a lucirse. El ‘5’ había llevado a cabo poco antes una acción tan estética como ética, zafándose de la presión del delantera en el área con dos reseñables filigranas.
Estaba escrito que el zaguero iba a dejar su impronta
Y también que lo iba a hacer junto a Manu Fuster. Así en el minuto 44, el ’10’ golpeó un saque de esquina y el ‘5’ lo cabeceó. Ventaja y descanso.
La segunda mitad empezó de forma bien distinta. El Mirandés salió con los ojos en sangre y volteó el marcador en un abrir y cerrar de ojos. Primero en el minuto 48 y luego en el 50, con dos potentes disparos desde el área que sorprendieron al Alba.
El equipo siguió y siguió
Pero no lo noquearon, convirtiendo el homenaje a Fuster en un día más en la oficina para el ’10’. Porque aunque costumbre y rutina no sean lo mismo, Fuster tiene la costumbre de asistir y la rutina de jugar bien.
En el minuto 68
El valenciano filtró un pase magnífico a Quiles, que tiene como costumbre aprovechar las asistencias y como rutina mirar a puerta. El delantero pisó área, se marcó una excelente jugada para irse de su par y cruzó un disparo certero a la escuadra. Ese es Quiles y especialmente en el Belmonte.
Rozó el tercero el Albacete, pero no llegó y con el segundo empate a dos consecutivo el cuadro blanco alcanzó los 50 puntos en el interludio del homenaje a Fuster y a la afición tras un año intenso.