
Porque la mejor manera de ganar es ganando
El Alba, inmerso en una guerra interna por la falta de triunfos pese a dar la cara en cada batalla, tenía que agarrarse a todo lo bueno. Y lo tenía que hacer con intensidad, la misma con la que animó hoy la afición, que demostró que cree. Y gracias a que la afición creía, el equipo subía revoluciones. Porque la mejor forma de creer es creyendo. Y esa fe fue primordial para sacar adelante un partido que por momentos resultaba enervante.
Y así se selló un triunfo que no solo hace que el Alba sume de tres, sino que cambia la dinámica para el tramo decisivo. Porque la mejor manera de ganar es ganando. Porque esto puede ser el principio para cerrar con un gran noticia el final de Liga.
Y la mejor forma de dominar un partido es dominando
Desde el principio, mirando a la puerta rival. Ocasiones claras, llegadas fluidas e intervenciones del meta rival para impedir que el Albacete se adelantase. Higinio, Fuster o Agus Medina lanzaron la bola a la portería tinerfeña, sin éxito. El Alba insistía e insistía, hasta tal punto que el Tenerife se quedó con uno menos por expulsión tras un lapso de claro control y dominio manchego en campo rival.
Tuvo que ser en la segunda parte, pero no sin sufrimiento. El Alba quiso plasmar sobre el campo la superioridad numérica. Insistió, persistió, subsistió y, con la afición ayudando, no desistió. Pese a las ocasiones claras, muy claras y clarísimas.
No se vino abajo, rehuyó recuerdos de jornada pasadas y siguió golpeando. Y la fe movió montañas. En el minuto 69, Fuster fue derribado tras un buen movimiento en el área. Penalti que transformó Quiles con precisión. Cuarta jornada seguida anotando del delantero onubense. Porque la mejor manera de marcar es marcando.
De ahí al final
El Albacete aguantó su meta, ahuyentando balones y fantasmas. Puerta a cero, otra gran noticia y tres puntos que sanan pero no curan, porque queda mucho por cicatrizar. Y es que desgraciadamente, la mejor manera de sufrir es sufriendo.

















