El Albacete Balompié junto con la Fundación BIOTYC siguen apostando por la investigación y aplicación de nuevas tendencias para el desarrollo de nuestros jóvenes jugadores.
Desde la temporada pasada, y a raíz de investigaciones que revelan que los porteros con mayor rendimiento en fútbol profesional eran aquellos que mayor seguimiento visual al balón realizaban hasta el momento del contacto con la mano o pie, desde el área de porteros y rendimiento condicional de la cantera del Albacete Balompié, se trabaja en la aplicación de la neurociencia en el desarrollo y rendimiento de nuestros porteros.
Además, en una investigación propia que se realizó por estas áreas de la cantera la temporada pasada, se observó que los porteros que comenten más errores técnicos suelen ser aquellos que parpadean antes de contactar con el balón, a diferencia de aquellos que parpadean al contacto o posteriormente, por lo que los elementos externos distractores son un factor muy importante en las imprecisiones de nuestros guardametas, pues es cuando se producen trayectorias visuales incompletas y un desequilibrio corporal o posicional que puede impedir llegar al balón.
En base a esos trabajos e investigaciones propias, desde nuestra cantera se aplica una novedosa metodología de trabajo que potencia el sistema nervioso de nuestros porteros predisponiéndoles a un mayor rendimiento.
Juan Pérez, responsable médico de la cantera gracias a la colaboración con Fundación BIOTYC, señala que “en los últimos años la neurociencia comienza a ser aplicada al deporte con una tendencia creciente, pues la evidencia cada vez es mayor en este ámbito y son más las vías que se conocen en relación a la mejora de las funciones cognitivas relacionadas con la actividad física, y, por tanto, podrían tener beneficios en el rendimiento deportivo”.
Fernando Lázaro, director de rendimiento condicional en la cantera, nos resume algunas de las técnicas que realizan:
➢ Podemos disminuir o aumentar el estado de alerta de nuestro sistema nervioso a través del sistema visual. En primer lugar, realizamos fijaciones visuales de 5 a 15” en puntos generen un input positivo en el sistema de cada portero, evaluando dichos puntos previamente. Seguidamente, realizamos seguimientos visuales utilizando nuestro pulgar como punto de referencia y movimientos oculares de convergencia y divergencia para así tener un gran impacto en la fuerza y rango de movimiento en articulaciones como hombros y caderas.
➢ También hay que destacar que un elemento clave en los calentamientos del portero son las gafas estenopeicas. Éstas mejoran la agudeza visual en ejercicios de visión foveal debido a que ayudan a disminuir la intensidad de la luz para hacerla más entendible, aumenta la precisión de la luz para llegar a la mácula y ayudan a inhibir la actividad del mesencéfalo sobreactivo. Las incluimos de 5 a 10 minutos durante el calentamiento junto a los movimientos de seguimiento indicados anteriormente.
➢ Los malabares con pelotas de tenis o colores, forman parte de la rutina de calentamiento debido a que genera un input positivo a nivel del Cerebelo encargado de la coordinación.
Ángel David Fernández, director del área de porteros asegura que “el trabajo de los movimientos sacádicos (rápidos y espasmóticos) mejora en los ojos el cambiar rápidamente de un punto de enfoque a otro. El cerebro utiliza estos movimientos para reunir información detallada de diferentes partes del medio para unificarlas y crear una imagen coherente con la mayor exactitud posible. El trabajo de profundidad visual, es muy utilizado también a lo largo de nuestra semana. Ya que un portero debe tener una alta resolución del enfoque en el balón cuando está lejos y se aproxima a gran velocidad. Esta velocidad de enfoque lejos-cerca es trabajada con nuestros jóvenes guardametas”.
A nivel táctico es fundamental el trabajo de la visión periférica influenciado de la dominancia ocular. En situaciones defensivas fuera-dentro (como puede ser un centro lateral) el portero y defensores, suelen fijarse en el balón y olvidarse de escanear el área percibiendo posibles rematadores. Este trabajo de visión periférica solemos introducirlo con luces leds, que además es un elemento extra motivante en las tareas técnico-tácticas o trabajos de fuerza, como también destaca Ángel David Fernández.
José Andrés Parreño, entrenador de nuestros porteros más jóvenes, está trabajando desde temprana edad con el sistema vestibular encargado el equilibrio, quien afirma que “potenciando este sistema en sinergia con el visual, podremos tener un mayor control desde la zona media permitiendo un gran equilibrio y estabilidad”.
Sin duda, gracias a las investigaciones de nuestros técnicos, con la inclusión de la neurociencia aplicada al trabajo técnico-táctico y condicional, y junto a un minucioso análisis diario de vídeo, podemos estar orgullosos de que nuestra cantera es referente en el trabajo y desarrollo específico de nuestros porteros.