El Albacete se pone en marcha y arranca el curso en las instalaciones de Quironsalud. Durante los primeros días de esta semana, y como preludio al comienzo de los entrenamientos en la Ciudad Deportiva Andrés Iniesta, cada jugador albacetista se somete a distintas pruebas que le miden fisicamente.
De la mano del doctor Luis Martínez Riaza, en constante coordinación con los servicios médicos del club, la plantilla albacetista se mide tras el parón veraniego.
El propio Martínez Riaza nos explicó en qué consiste el reconocimiento. “Primero se hace una historia clínica con las enfermedades o posibles factores de riesgo que tiene el jugador, tanto familiar como personal. También si se ha operado alguna vez o si ha tenido alguna lesión o enfermedad importante”.
“Luego ya pasamos a la antroprometía. Calculamos el porcentaje de grasa y músculo que tiene el jugador. Después pasamos a hacer un estudio de flexibilidad. Hacemos una toma de tensión, un test en reposo y luego con esfuerzo. La parte del aparato locomotor la ve el traumatólogo del club, el doctor Vellando”, añadió.
Unos test minuciosos para recabar todos los datos posibles de cara a la competición. “Les hacemos una prueba de esfuerzo con la que sabemos desde el punto de vista médico cómo sería su reacción haciendo esfuerzo, si hay alguna alteración que en reposo podría pasar desapercibida. El esfuerzo es un estrés para el corazón y alguna lesión pequeña se vería mejor. Y también cómo es su forma física, recabando datos que para el preparador físico del club son importantes”.
En el actual contexto, dichas pruebas se realizan bajo un protocolo de estricta seguridad. “Para hacer la prueba de esfuerzo, tenemos que pasar un test previo. Si es positivo, no se hace. El virus se contagia por la ventilación y en este tipo de pruebas se hiperventila mucho, los jugadores aspiran mucho aire”.
