Una de las muchas señales de la notable mejoría del Albacete es que tras empatar contra uno de los equipos más notables de la categoría, nos hemos quedado con un sabor de boca agridulce. Los de Aritz López Garai volvieron a competir con todo y a dar una buena imagen en casa y, por cuarta jornada consecutiva sumaron puntos, aunque bien pudieron ganar sino llegar a ser por un penalti en contra en el minuto 86.
Los locales pudieron revolucionar el partido desde el mismo inicio. No se había completado el primer minuto de juego cuando Fuster se internó en el área con el balón, pero la zaga amarilla desbarató la ocasión.
Con el paso de los minutos, el choque se fue espesando. Todo estaba muy equilibrado y el balón se movía por el medio del campo, provocando que las ocasiones brillasen por su ausencia. En el minuto 37 cambió el guión. Ortuño voló más que nadie, templó el cuero cuando sobrevolaba el cielo albaceteño y lo guió hacia un despierto Fran García que siguió toda la jugada y cruzó la bola para abrir el marcador.
En la segunda parte el Albacete trató de amarrar el resultado mediante el juego de combinación, aunque Las Palmas empujaba para dominar y buscar el empate. Los minutos pasaban, los entrenadores movían los banquillos y el cuadro blanco se mantenía erguido y con ventaja. De hecho, estuvo. Muy cerca de doblar su marcador en el minuto 77 con cabezazo de Boyomo, pero se fue desviado.
Y en el minuto 86 llegó la jugada que marcó el final del choque. En una internada visitante, el árbitro , tras revisarlo en el VAR, decretó penalti. A punto estuvo Tomeu de evitar que el chut de Mesa se colase en su portería pero acabó dentro.
Y así concluyó un partido que alarga la racha de nuestro Alba y que refuerza el trabajo de un grupo que, una vez más, se vació en el campo.
