El Alba detuvo la sangría y sumó dejando la puerta a cero. Un nuevo paso tras un partido que no dejará ni mucho menos huella en el camino. Poco que decir en un duelo sin goles ni muchas ocasiones y una tensión que emanaba más de la igualdad entre ambos bandos que de llegada con peligro, salvo en contadas situaciones en las dos áreas.
Lizoain, una de las novedades en el once, sacó una buena mano a un buen disparo cruzado de Francho. Poco después, Morci se internó en área maña con fuerza y se sacó un centro que por muy poco no acabó en gol de Neva, otra novedad inicial, o en una segunda acción en las botas de Gámez.
De ahí al descanso, las ocasiones brillaron por su ausencia, aunque el cuadro zaragocista merodeó más el área rival, y no se movió el marcador en una primera parte que hacía presagiar el resultado final.
Con cambios en la zaga albaceteña arrancó a segunda mitad, que tampoco tuvo muchas llegadas pero sí tensión y un casi gol en las redes manchegas. En el minuto 70, el Real Zaragoza culminó una jugada a balón parado con un tanto que tras mucho analizarlo en el VAR se anuló por fuera de juego previo.
Esos minutos de espera acabaron de enfriar un partido que se cerró con reparto de puntos.









































