Los lunes son duros, pero estos todavía más. El Alba regresó a su feudo con fe, energía y ánimo pero el devenir del partido le fue en contra. Una derrota amarga como todas pero que deja un sabor más agrio por lo injusto que fue tras ver lo acaecido en el césped y sobre todo en la grada. La mejor entrada en un partido inaugural desde hace más de dos décadas. Albacete quiere fútbol, quiere a su Alba y hoy vio a su Alba hacer buen fútbol, pero no sumar.
Pese a que lo mereció. El inicio del duelo fue frenético, impropio de un mes de agosto. Daba la sensación de que a ratos había que pararlo para recordarles a los contendientes que era la segunda jornada liguera. Ni dos minutos pasaron y Mariño ya intervino de forma brillante, sacando el pie a un cabezazo a bocajarro. Poco después, Fran Gámez sacó bajo palos una clara ocasión cántabra.
El Albacete respondió con firmeza. Jefté rozó el gol con una buena jugada en el área que se fue por muy poco. Según pasaba el tiempo, el cuadro manchego se iba encontrando más a sí mismo y de paso buscando tino el área rival. Fruto de ello, en el minuto 24, Fran Gámez culminó con elegancia una notable jugada coral… que fue anulada por un fuera de juego más de medio minuto antes de dicha acción.
Por lo que entre pitos y flautas el marcador estuvo tan cerca de moverse que se mantuvo impávido hasta la segunda parte, en la que no paró de modificarse.
Primero de la mano de un goleador reincidente: Agus Medina. El ‘4’ apareció en el área con inteligencia y tino, en el minuto 50, tras un saque de banda para finalizarlo con gol. 1-0 y mucho por delante.
Y poco después, empate. Andrés Martín cazó la bola en área tras un saque de esquina y retomó las tablas al marcador. El equipo blanco no se vino abajo y atacó con el mismo ímpetu, obteniendo así el mismo premio: el gol. En el minuto 64, Morci metiendo un auténtico golazo con un potente disparo cruzado que, de haber pestañeado justo antes del golpeo, se hubiese perdido cómo entró en las redes.
Nueva muestra de personalidad que no se vio premiada. Villalibre hizo acto de presencia y anotó un doblete en menos de ocho minutos para dar la victoria al Real Racing Club.
Derrota dolorosa que aún así deja un poso positivo ante las40 jornadas que están por venir.






































