Siendo totalmente objetivos, el Albacete hizo un buen partido. Y gracias a ello, selló el primer objetivo casi totalmente. Un triunfo con mucho oficio y beneficio ya que ha permitido superar los cincuenta puntos en abril.
Un partido bajo el sol de primavera que anticipaba ajetreo en las áreas desde el mismo inicio. El Alba llegaba con fluidez, volcando en bandas tras conectar con velocidad por el medio. Con un inicio tan enérgico, el Alba golpeó con fuerza. En el minuto 6, Pacheco barrió en el segundo palo tras recibir una asistencia de Pablo. Primer gol de la tarde y del ’20’ este curso, aunque no le fue concedido por el colegiado.
El Efesé buscó sus oportunidades, replegándose y saliendo con electricidad a la contra, generando peligro al espacio. Y también gol. Así llegó el empate. En el minuto 15, Millán culminó una contra visitante y repuso las tablas.
Entre tanto calor, el gol no enfrió la ambición manchega, que de nuevo se puso manos a la obra para marcar. Las ocasiones llegaban, el Alba dominaba, controlaba y merodeaba el gol. Con grandes ocasiones, dobles ocasiones y hasta triples ocasiones. El poste, el portero rival o a la diosa fortuna rechazaba el premio final, porque debía llegar en la segunda parte.
Y lo hizo mediante un sospechoso cada vez más habitual: Christian Kofane. El atacante alargó su buen momento y cabeceó un centro con música de Morci para adelantar a los nuestros y ver puerta por cuarta jornada en las últimas cinco semanas. Casi nada a sus dieciocho años.
Conseguido el objetivo de la tarde, tocaba sellar el triunfo que casi sellaba el objetivo del curso. El cuadro de Alberto González siguió en su búsqueda del gol, sabedores de que era la mejor manera de asegurar los tres puntos. Muchas fueron las oportunidades pero hasta la última del partido, poco antes del pitido final para fastidiar a quien estuviera diseñando la creatividad de final. 3-1, 51 puntos y los números suman alegría.










































