El Alba camina. Pisa fuerte. Y deja huella. El Alba suma. Hace números extraordinarios y pone marcas. El Alba construye. Cimentando las bases del objetivo y girando la hormigonera de las ilusiones. El Alba rompe. Se va cargando datos históricos del club. El Alba, a fin de cuentas, hace. Y sobre todo, conjuga. Y conjuga muy bien. Pero, ironías de la vida y el fútbol, cada vez cuesta más verbalizar lo que está llevando a cabo.
Sin subírsele los humos pero trayendo el fuego al Belmonte, el Albacete logró otro de esos triunfos que tanto gusta. Sufriendo, sobreponiéndose a los momentos duros y golpeando con tino y dureza.
El inicio lucense fue vivo y activo. Fruto de ello, las primeras ocasiones llevaron el sello ‘Galicia Calidade’. Buenas actuaciones de los atacantes visitantes, sorprendiendo al albacetismo, que fueron bloqueadas por la zaga o por un inspirado Bernabé. Mención aparte se merece nuestro guardameta. Hoy dejó su puerta a cero por tercera semana consecutiva. En lo que va de 2023, solo ha recibido un gol.
El paso del tiempo fue situando al Albacete. El equipo blanco se aproximó al arco rival. Primero con juego directo, que dio lugar a la ocasión más clara del primer acto con un disparo cruzado de Mesa tras un gran sprint que acabó lamiendo el palo izquierdo. Después, con mayor control del juego.
Dicho dominio lo extrapoló a la segunda parte. Azuzados por la grada, que también extrapoló el aliento del recibimiento en aledaños al estadio, los nuestros fueron tejiendo jugadas más elaboradas y de mayor peligro sobre Oscar. El campo se convirtió en un run run hasta que justo al alcanzar la hora de partido, vociferó. Y lo hizo con el protagonista del último duelo en casa. Dubasin anotó de bella factura previa asistencia de Julio Alonso.
El primer reto del choque ya estaba conseguido pero faltaba cerrar un triunfo, nada sencillo en esta categoría. El Lugo trató de reponerse pero en el minuto 75 Manu Fuster culminó una contra de libro con un chut atinado. Segunda jornada consecutiva en el que el Mago nos trae un gran truco.
Dio tiempo para ver dos caras nuevas en el Belmonte, Rodrigo y Bolivar, que debutaron de blanco. Tarde, a fin de cuentas, de buenas noticias, alegría y 42 razones para ser optimistas.
