Cuatro partidos sin perder, los que lleva Lucas Alcaraz en el banquillo, son razones suficientes para pensar que el Alba ha tomado la senda correcta hacia su objetivo, la salvación. Sin embargo, y es una máxima establecida en el vestuario, la dificultad de la empresa obliga a que nadie se confíe. Y menos aún de cara a un partido como el del sábado en Montilivi. “Es un partido con un nivel de exigencia alto y tenemos que perseverar en nuestra idea de juego, tenemos una forma de hacer las cosas y en esa forma hay espacio suficiente para que cada uno se muestre a nivel personal en cada una de sus características”, indicó el preparador. “Creo que creemos en una idea de juego, que esa idea de juego hay que ir mejorándola porque el fútbol te va demandando cada semana. Sabemos qué cosas nos benefician y nos vienen bien hacer y hay que ir mejorando y revalidando cada jornada”, incidió.
Esa idea de juego en la que profundizó nuestro entrenador tiene una máxima. “Sabemos que el Girona es un equipo complicado con un potencia de juego aéreo y llegada importante y tenemos que estar fuertes. Quiero un equipo fuerte en defensa y agresivo en ataque. Tenemos que olvidarnos del factor local y visitante y plasmar las mismas ideas de juego tanto en el Belmonte como fuera”, expresó. “Nosotros intentemos generar un contexto acorde a las necesidades y características del equipo y el jugador tiene que encontrarse cómodo. Una de nuestras intenciones es jugar en campo contrario”, subrayó.
Enfrentarse al presupuesto más alto de la categoría o al máximo artillero de la misma no quita el sueño en el vestuario del Alba. “Somos deportistas profesionales. No tengo por qué estar pensando en el presupuesto del rival. No tenemos que recrearnos en eso. Tenemos que creer en nuestras posibilidades y actitudes. Confío en que vamos a superar cada exigencia que nos plantee el partido, pero es un buen jugador de la categoría. Ellos también estarán preocupados por algún jugador nuestro. Prefiero focalizarme en las virtudes de mis jugadores y de mi equipo”, agregó. “Cada jugador merece una atención distinta. Pero todos los jugadores son importantes tenemos que estar preparados para todo y para hacer daño cuando tengamos el balón. Tenemos que sentirnos con energía y creencia en todo lo que tenemos que hacer”, sentenció.
La victoria en Montilivi sería una de esas que pueden valer más de los tres puntos. Aunque Lucas sigue teniendo claro la hoja de ruta. “El golpe en la mesa son los 50 puntos. Cada punto te da confianza y te da reválida. Cada punto en cada partido es una forma de acercarse a la meta”.
A la hora de referirse a nombres propios, Lucas habló sobre Brazao. “Ha mostrado que es apto para jugar. Tenemos todos plena confianza en él”. Y se refirió también a las ausencias fijadas para el partido del sábado. “Gorosito, Tomeu, Querol, Álvaro Jiménez y tengo dudas con Fran Garcia”.
