El Alba se dio un homenaje en una tarde mágica en el Carlos Belmonte en la que no solo ganó, sino que recuperó el liderato, alargó su imbatibilidad en casa y confirmó las buenas sensaciones dadas en Córdoba.
El inicio fue fulgurante y atronador. Un Alba que había sido recibido con honores por una espectacular afición golpeó cuando solo se llevaban siete minutos de partido. Tejero puso un centro perfecto al área que cabeceó Jérémie Bela de forma imperial. Nuevo gol del francés que alarga su dulce estado de forma. No se conformó el cuadro local, y aupado por una grada eufórica que pobló el Carlos Belmonte, siguió atacando como si le fuese la vida en ello. Con todo, el Alba se marchó a vestuarios por delante en el electrónico y entre vitores de la grada.
Esa superioridad también se hizo palpable en la segunda mitad, en la que el Albacete salió decidido a sentenciar el partido. Tuvo las ocasiones para hacerlo pero el segundo tanto se hizo esperar hasta la última jugada del encuentro. Un descomunal Febas se apoderó del cuero en nuestro campo y corrió sin dilación hacia el área mallorquina. Cuando se internó fue derribado. Penalti a favor de los locales que transformó Susaeta para poner la guinda ideal a una tarde de ensueño.
LA ENÉSIMA LECCIÓN DE FIDELIDAD ALBACETISTA
La afición manchega volvió a dejarse la garganta y acudió en masa al feudo albacetista, consiguiendo el mayor aforo del curso con 11.825 espectadores, que se hicieron notar de lo lindo.
