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Primer equipo

El Alba cae por todo lo alto

Actuación notable de un equipo que no mereció irse de vacío

Ocho jornadas llevaba el Alba sin tener que masticar una indigesta derrota. Y un equipo que es capaz de hacer eso, vende muy cara su derrota. Y a un precio que pese a todo, le haga sentir inmensamente afortunado. Y eso logró el Alba. Su afición, que desgañitó mientras le vitoreaba, volvió a bullir con el equipo en la noche más fría climáticamente del Belmonte en lo que va de curso. Pero como el frío es un estado mental, el equipo puso al rojo el partido para enorgullecer a su grada.

Y eso que la velada no pudo empezar peor. En el minuto 2, cuando las gradas estaban todavía poblándose, una gran combinación por banda del Levante culminó con un tanto de Ibáñez. El Alba no solo se repuso sino que se rehizo. Y de nuevo lo hizo: pelear e igualar con emoción.

Puesto en pie tras el mazazo, el Albacete miró a la puerta granota con ahínco y determinación, pero el Levante es un gran equipo y obligó a los nuestros a reposar cada acción para sacar algo en claro. El tiempo pasó y pasó y en el último minuto del primer acto, como ocurrió al inicio, llegó un gol. Higinio, tan importante como clarividente, atinó ante el meta visitante en la prolongación. Estallido de alegría que se fusionó con el éxtasis del ecuador.

La segunda mitad fue una oda a la intensidad. Por parte de ambas escuadras. El Levante dobló su apuesto y salió enérgico, convencido. Y además, a los ocho minutos de la reanudación, apareció, tras alguna jornada de ausencia, la pena máxima. Campaña, curtido en mil batallas, no marró y volvió a poner por delante a los suyos.

Pero este Albacete está tan acostumbrado a nadar contracorriente, incluso cuando en el agua hay un ‘Titanic’, que ni una de las 9391 personas que animaban sin cesar dudaron que el equipo iba a luchar con fe. Y así fue.

Presión, esfuerzo y pundonor sin dilación que llevaron al Albacete al área rival. Con seriedad y sin titubear. Se rozó el empate en varias ocasiones pero tuvo que ser el goleador de la semana, el lateral que no se cansa, quien pusiera la salsa del gol. Álvaro Rodriguez, con su primer gol en el Belmonte, puso el empate y desató la locura. Fue tal que la onda expansiva provocó que el Albacete no dejase de empujar.

Pudo verse en 3-2 pero, en cambio, se sufrió un 2-3. En el minuto 73, Bouldini marcó al primer toque y selló una victoria a la que el Albacete, por tercera vez en la noche, replicó con rebeldía. A punto estuvo el equipo de empatar, con acciones que su fueron por escasos centímetros, pero no pudo ser. Aunque este Alba, sin duda, fue.